Jardín de la Alhambra. Óleo sobre tela. 1995
Cuando se acercan los cuarenta años de mi primera exposición, he de reconocer que no he sido dado a representar el agua. Solo de vez en cuando, en dibujos, acuarelas y óleos ha aparecido el líquido elemento. Pero ello no me ha impedido reflexionar en ocasiones sobre el tema que ha protagonizado la celebración ferial del segundo centenario de los Sitios de Zaragoza.
El asunto da, en efecto, para mucho y, expos aparte, hay quien lo utiliza como arma arrojadiza. Este año he tenido que acudir en varias ocasiones al Mediterráneo de mi juventud y he visto colgados en algunas fachadas mensajes contundentes. Agua para todos, por ejemplo en las balconadas de algunos ayuntamientos murcianos. ¿Quien puede no estar de acuerdo con ese principio?. Todos tenemos igual derecho al agua, (aunque me gusta más la mirada de Rigoberta Menhú cuando afirma que nosotros pertenecemos a la naturaleza y no viceversa, lo que traducido vendría a ser que somos nosotros los que pertenecemos al agua y no viceversa).
Paseando la playa de Calpe, no hace demasiados días, recordaba el espacio en el que, hace algo más de veinte años, levantaba castillos de arena para dos niños ante una hilera de casitas bajas afrontadas al mar y protegidas por el peñón. Solía dejar constancia gráfica del asunto cuando las fotos eran todavía de papel.
La mayor parte de aquellas construcciones se ha transformado en bloques de no menos de veinte alturas. Solo un par han sabido resistir la especulación y permanecen.
Claro que hace falta más agua. Pero ¿haría falta si no se hubiera cometido semejante salvajada urbanística?.
Quizás quienes diseñan las ciudades deberían dejarlas crecer solo hasta el punto en que no necesitasen saquear los recursos naturales de otros, por ejemplo el agua.
Que, insisto, no ha sido tema habitual en mi pintura pero cuenta con algunos ejemplos que traigo al blog. De hecho uno de los primeros óleos que tracé cuando cursaba segundo de Magisterio, en Sentmenat, cuando no tenía claro qué iba a hacer con mi vida, cuenta con un primer término de agua que, me temo, no era sino un charco algo magnificado para la ocasión...
Escuela de Magisterio San Juan Bosco. Sentmenat (Barcelona). Óleo sobre tela. 1964
Árboles. Acuarela sobre papel. 1988
Parque de Huesca. Óleo sobre tela. 1992
Pantano de Barasona desde la ermita de Castro. Acuarela sobre papel. 2000