Tengo a los estudiantes de los títulos de maestro de la Facultad ligeramente alborotados. Han emprendido una serie de acciones como, por ejemplo, abarrotar de carteles los pasillos del edificio de Valentín Carderera. Carteles como el que reproduzco. Dice
No a los abusos del obispo. ¡Basta de acoso!. Jueves 12,15 concentración. Solidarízate. Tal profesora se va en contra de su voluntad... y cosas así.
Una más agresiva rezaba: (y conste que el verbo me ha salido natural...)
Obispo, jubílate tú.
Quizás haría falta indicar, en primer lugar, que en los estudios de maestro existen tres asignaturas optativas que tienen que ver con la religión católica. Puede sonar raro pero es así. Que cursarlas sirve para que el horizonte profesional de los futuros maestros se amplíe. (Está claro que los colegios concertados religiosos no van a discriminar a nadie por no haber cursado religión, ¡faltaría más! Pero está no menos claro que un expediente con esas asignaturas ofrece mayores posibilidades de tapar huecos en los horarios...vamos que como siempre hecha la ley, hecha la trampa).
Haría falta, en segundo lugar, advertir que si por algo pueden estar cabreados los aspirantes a profesor de Universidad es por el creciente número de impedimentos que se les ponen delante: contratos a tiempo parcial por procedimiento de urgencia, asociados, contratados doctores, habilitaciones a nivel nacional para que en el momento en que quede libre una plaza la Universidad la saque si le place... vamos que se lo tienen que currar. Por ello cabría conocer en tercer lugar que los profesores de religión los nombra el obispo a dedo sin pasar mayor control que ser de su gusto.
Al parecer, la profesora actual de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, que por el procedimiento administrativo habitual vio renovado, hace unos meses, su contrato de profesora asociada a tiempo completo por parte del rector de la Universidad de Zaragoza, no lo es. Del gusto del obispo, me refiero, ya que ha solicitado su cambio.
(Tampoco iría mal abrir un paréntesis para advertir que el Concordato entre la Santa Sede y el Estado Español considera normal esa evidente anomalía laboral)
El obispo solicitó el cambio a quien procede pero quien procede, que no es por cierto el decano de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, le advirtió la existencia de un contrato por dos años. Y, al parecer, ha movido los hilos a su alcance para presionar la salida de la profesora, aprovechando, al parecer, su condición de estar sometida, por su propia voluntad, al voto de obediencia.
Me encantaría estar seguro de que los estudiantes que promovieron la manifestación del pasado jueves, lo hicieron conociendo "todo" lo que pasa. Sería señal de que la alegría que puede producir a un decano ver que los estudiantes de su facultad comienzan a tomar decisiones por sí mismos es aplicable a este caso. Y me alegraría de verdad, fueran las que fueran esas decisiones.
Me encantaría por otra parte saber si la profesora ha querido ser salvada en algún momento, y de qué. No se debe olvidar el hecho de su contrato vigente por dos años con la Universidad de Zaragoza, como tampoco que los informes previos a dicha contratación por parte su Facultad y de su Departamento fuesen favorables.
Me encantaría saber, probablemente por solo una cierta dosis de curiosidad... quién y sobre todo por qué ha propiciado el movimiento de los estudiantes, suponiendo que se haya dado el caso, en contra del obispo.
A ver si nos aclaramos, si alguien, por ejemplo yo, es contrario a los modos del obispo, lo dice y fiesta. Y lo escribe como estoy haciendo ahora en el blog y hace días en el periódico con el que colaboro habitualmente, el Heraldo. A mí no me gusta este obispo, ¡qué le vamos a hacer! Me gustaba el anterior, sobre todo, porque era un tipo normal y este me parece que se ha equivocado de siglo, lo veo como demasiado escenográfico ¿no?. Pero quede claro: me lo parece a mí, y me gustaría que cada uno de los estudiantes a los que doy clase tuviese su opinión sobre el asunto.

Las fotos, con el móvil, no dan para más. Pero tampoco creo que sea lo importante en este caso...