acrílicos

No cabe duda que el descubrimiento de los acrílicos supuso, como he comentado en más de una ocasión, un momento de gran expectación para mi trabajo. Al no disponer de mucho tiempo (pese al comentario que soltó el cretino de comentarista de cine de la primera, en el telediario de la noche, respecto a una película en la que "el padre tenía mucho trabajo, cuestión incompatible con su condición de profesor universitario"...) pues lo que decía, no disponer de demasiado tiempo precisamente por mi condición de profesor universitario, un material que era inmediatamente reparable me pareció el invento del siglo.
Por si fuera poco, existía una gama cromática de tamaño natural en el mercado. Vamos que todo eran facilidades. Y digo eran porque he vuelto al óleo como material prácticamente exclusivo de la pintura sobre tela. Me encuentro más a gusto. A finales de los ochenta y principios de los noventa era habitual que trabajara con acrílicos en formatos que permitieran el resultado en una sola sesión.
Como los que traigo al blog, con los que me tropecé en casa de una amiga hace unos días.
El asunto del primero me ha interesado desde muy al principio. De hecho existe una puesta de sol en el Ayuntamiento de Graus, afrotunadamente sin firmar, de los años sesenta, de la que omitiré mi opinión como crítico ya que podría mantener un conflicto personal conmigo mismo para los restos... También en casa de mis padres ha habido siempre una tela que tenía como tema el atardecer.



En el caso de la segunda pieza el asunto es menos frecuente en lo que los historiadores llamarían la iconografía del pintor oscense Alvira Banzo. Siempre me ha asustado el Pirineo. Y no debe de ser por la altura ya que el Teide, pongo por caso, me impresiona más bien poco. Debe ser una cuestión de volumen y de estructura. En ocasiones me he atrevido con el tema con resultados no siempre negativos. Del que sigue recuerdo que quedé bastante satisfecho. Y lo sigo estando a pesar del tiempo transcurrido, cosa que no ocurre muchas veces. Lo mismo me pasaba con los dos acrílicos que fueron robados en el Pedro I.

nieve



He comenzado a reciclar tarjetones de cara a convertirlos en felicitaciones de navidad. De este me he quedado especialmente satisfecho, por lo que lo cuelgo. Es, probablemente, el único que no sufrirá modificaciones. Como explico en la güeb, a falta de nieve de verdad...

aclaracion



No quisiera que alguien haya interpretado la anterior inserción como que al decano de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación no le gusta el obispo de Huesca. Quede claro que quien opina en este blog es Fernando Alvira Banzo, que es el decano de dicha facultad durante cuatro años, pero que ha sido y espera ser muchas otras cosas a lo largo de los sesenta vividos y de los que se añadan. El decano, como es lógico, opina lo que acuerda con su equipo decanal y con la Junta de Facultad.
Algo como el chiste de que si quieres ser tonto o alcalde. El tonto contestaba que tonto lo podía ser toda la vida. Yo también prefiero ser toda la vida Fernando Alvira, autor, entre otras cosas, de la acuarela que acompaña, el chiringuito de la playa de Castelldefels, de la que estoy lo suficientemente contento como para llevarla de salvapantallas en el móvil.

manifestaciones

Tengo a los estudiantes de los títulos de maestro de la Facultad ligeramente alborotados. Han emprendido una serie de acciones como, por ejemplo, abarrotar de carteles los pasillos del edificio de Valentín Carderera. Carteles como el que reproduzco. Dice No a los abusos del obispo. ¡Basta de acoso!. Jueves 12,15 concentración. Solidarízate. Tal profesora se va en contra de su voluntad... y cosas así.
Una más agresiva rezaba: (y conste que el verbo me ha salido natural...) Obispo, jubílate tú.



Quizás haría falta indicar, en primer lugar, que en los estudios de maestro existen tres asignaturas optativas que tienen que ver con la religión católica. Puede sonar raro pero es así. Que cursarlas sirve para que el horizonte profesional de los futuros maestros se amplíe. (Está claro que los colegios concertados religiosos no van a discriminar a nadie por no haber cursado religión, ¡faltaría más! Pero está no menos claro que un expediente con esas asignaturas ofrece mayores posibilidades de tapar huecos en los horarios...vamos que como siempre hecha la ley, hecha la trampa).
Haría falta, en segundo lugar, advertir que si por algo pueden estar cabreados los aspirantes a profesor de Universidad es por el creciente número de impedimentos que se les ponen delante: contratos a tiempo parcial por procedimiento de urgencia, asociados, contratados doctores, habilitaciones a nivel nacional para que en el momento en que quede libre una plaza la Universidad la saque si le place... vamos que se lo tienen que currar. Por ello cabría conocer en tercer lugar que los profesores de religión los nombra el obispo a dedo sin pasar mayor control que ser de su gusto.
Al parecer, la profesora actual de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, que por el procedimiento administrativo habitual vio renovado, hace unos meses, su contrato de profesora asociada a tiempo completo por parte del rector de la Universidad de Zaragoza, no lo es. Del gusto del obispo, me refiero, ya que ha solicitado su cambio.
(Tampoco iría mal abrir un paréntesis para advertir que el Concordato entre la Santa Sede y el Estado Español considera normal esa evidente anomalía laboral)
El obispo solicitó el cambio a quien procede pero quien procede, que no es por cierto el decano de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación, le advirtió la existencia de un contrato por dos años. Y, al parecer, ha movido los hilos a su alcance para presionar la salida de la profesora, aprovechando, al parecer, su condición de estar sometida, por su propia voluntad, al voto de obediencia.
Me encantaría estar seguro de que los estudiantes que promovieron la manifestación del pasado jueves, lo hicieron conociendo "todo" lo que pasa. Sería señal de que la alegría que puede producir a un decano ver que los estudiantes de su facultad comienzan a tomar decisiones por sí mismos es aplicable a este caso. Y me alegraría de verdad, fueran las que fueran esas decisiones.
Me encantaría por otra parte saber si la profesora ha querido ser salvada en algún momento, y de qué. No se debe olvidar el hecho de su contrato vigente por dos años con la Universidad de Zaragoza, como tampoco que los informes previos a dicha contratación por parte su Facultad y de su Departamento fuesen favorables.
Me encantaría saber, probablemente por solo una cierta dosis de curiosidad... quién y sobre todo por qué ha propiciado el movimiento de los estudiantes, suponiendo que se haya dado el caso, en contra del obispo.
A ver si nos aclaramos, si alguien, por ejemplo yo, es contrario a los modos del obispo, lo dice y fiesta. Y lo escribe como estoy haciendo ahora en el blog y hace días en el periódico con el que colaboro habitualmente, el Heraldo. A mí no me gusta este obispo, ¡qué le vamos a hacer! Me gustaba el anterior, sobre todo, porque era un tipo normal y este me parece que se ha equivocado de siglo, lo veo como demasiado escenográfico ¿no?. Pero quede claro: me lo parece a mí, y me gustaría que cada uno de los estudiantes a los que doy clase tuviese su opinión sobre el asunto.


Las fotos, con el móvil, no dan para más. Pero tampoco creo que sea lo importante en este caso...

La ermita del Cristo



Finalmente, las piezas que concluí este verano para las hornacinas de la ermita del Cristo, en Salas de la Ribera, se han colgado en la ermita, pero en otra ubicación. Un error primero en las medidas, hizo que las telas que me preparó Cristóbal fueran mucho más altas de lo que, como se ve en la fotografía de arriba, permiten las hornacinas.
He pensado que quizás podría retomar el diseño de esos espacios desde otra perspectiva. Hace días que me apetece realizar alguno de los temas clásicos de la iconografía religiosa (seguramente para compensar el anticlericalismo creciente que se me apodera con lo que se está llevando por este barrio). El estar la ermita dedicada al Cristo abre un abanico de posibilidades. Esta vez se trataría de hacer algo más clásico, con mayor base de dibujo. Un repaso a las lecciones de anatomía de San Jorge. Todavía recuerdo alguno de los apuntes que realicé, pese a que hace años que no los veo. Lo de los traslados del espacio de trabajo tiene algunos inconvenientes... en el primero, perdí, por ejemplo una colección de obra gráfica que no estaba nada mal.
A ver si encuentro el momento para retomar el asunto.
Por ahora, la colocación de las telas me parece muy bien