INAUGURACIÓN EN MONTSEQUI

Echó a andar la exposición de Madrid el pasado jueves. En la primera de las imágenes que siguen, Feliciano Llanas, alma mater de la Asociación Conde Aranda, recordando a los asistentes cómo mi primer óleo se tituló (y es verdad) Desde el balcón de Feliciano. Era un paisaje urbano de la calle Goya de Huesca que, efectivamente, aboceté desde su balcón, cuando le daba clases de repaso.
Si el primer dibujo fue un autorretrato que se expone en el Museo Nacional de Dibujo del Castillo de Larrés a partir del día 19 de este mes, la presencia del primer óleo, expuesto en la Diputación en 1968, flotó en la inauguaración de la exposición de Madrid, en la sala Montsequi.
Inauguración que contó con la presencia y las palabras (cariñosas a todas luces como las del presidente de la Asociación Conde Aranda) del decano de la Facultad de Bellas Artes de la Complutense, Manuel Parralo. Quien llegó como catedrático a San Jorge, en Barcelona, el año que concluía mis estudios de Bellas Artes. También contó con un excelente jamón -no menos excelentemente cortado- y unas botellas de tinto de ENATE que acompañaban a la perfección.
Vino la familia, algunos amigos y amigas, y clientes habituales. Vino Juan Antonio Cremades, compañero de la Real Academia de San Luis. Estuvieron la presidenta de AECA, Rosa Martínez de la Hidalga, el tesorero Takeshi, y el director de la feria de arte Estampa, Florencio Arnán. Estuvo Paco Riu, con lo que recordé a mis compañeros de bachillerato y magisterio. Estuvo la tele Aragonesa (todavía no he sido capaz de conectarla...), Miguel Ángel, Antonio, Pili mi cuñada, Victoria Recreo, Lorenzo y Vicente Pérez (discretísimos como siempre) y varios aragoneses y aragonesas. Hubo una cara que no necesitaba presentación (estaba claro que era hija de "Tres Equis", viejo amigo que fuera de la familia) y otras que desconocía, como la joven actriz de Tardienta, pero a las que agradecí de igual forma su presencia.
Dejó de cortarse jamón y fue la señal de aviso de que por ese día se acababa. Pasaban de las diez.
En mis palabras, creo que no me dejé ningún agradecimiento. Quizás al esfuerzo de La Casa del Pintor en mis últimas exposiciones. Quede aquí constancia.




Palabras de Feliciano Llanas recordando viejos tiempos de su viejo profesor, que pone cara de bueno.




Aspecto de la planta inferior de la sala de exposiciones



Manuel Parralo con Rosa Martínez de la Hidalga y otros amigos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Otros te acompañamos a distancia. Incluso te vimos regresar agotado a Huesca.
Enhorabuena.

Anónimo dijo...

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Anónimo dijo...

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