Coleccionistas de talla

A media mañana he ido de visita de prácticas al Colegio del Parque (es decir he ido a la planta baja) y, no sé muy bien por qué, ni cómo, he sido transportado a un aula, por procedimientos de la magia, supongo. Allí he visto algo que no tengo más remedio que relatar. Un grupo de niños atendían absortos las palabras del alquimista de Juan Vincencio de Lastanosa. Sé que puede parecer extraordinario pero lo he visto con mis propios ojos. Con su aspecto venerable y brincando en ocasiones, algo que chocaba con su avanzada edad. He sido transportado justo en el preciso momento en que, mediante unas fórmulas coreadas por el grupo de los niños al unísono, convertía los euros que había introducido en una especie de hucha en "oro comestible". Todos los niños lo han podido degustar (bueno menos uno que no puede comer el chocolate en que se han transformado los euros iniciales). Los niños han sido testigos del prodigio y han probado los efectos, a veces sabrosos, de la alquimia.
Luego he podido visitar las colecciones de los niños del colegio, expuestas en uno de los pasillos junto al Gabinete de las Maravillas que tiene de todo: incluso el escudo de los Lastanosa en todo lo alto. He hecho unas fotos que, sin salir del todo de mi asombro, cuelgo en el blog. Los niños del Colegio del Parque son coleccionistas de talla, sin lugar a dudas.
La exposición me parece absolutamente recomendable. Y si en la visita tienen la suerte de encontrarse con el alquimista (lo conocerán por su larga túnica estampada de anchas mangas y sus barbas crecidas), no duden en seguirle. Está muy cerca del oro potable que quería Vincencio Juan de Lastanosa. De momento el oro comestible le sale de cine. Yo lo he probado.































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