Museos


Este encorbatado edificio que aquí asoma es el palacio de los Condes de Bureta. Fui llamado hace unos días a una reunión en la que se trataron una serie de asuntos relacionados con la conmemoración del segundo centenario de los Sitios de Zaragoza. Profesores destacados de univerisdades españolas y francesas que forman parte del comité científico de la conmemoración y algunos invitados, como era mi caso. Excelentemente atendido en todo momento por los promotores de la celebración bicentenaria y por los titulares actuales del condado, al finalizar la reunión, uno de los asistentes, compañero en la Real de Nobles y Bellas Artes de San Luis, dirigió mis pasos hacia Borja.



Borja es una ciudad sorprendente, incluso después de haber sufrido, como tantas otras ciudades de este viejo reino, los avatares del paso del tiempo y sobre todo los del paso de los hombres. Pero sigue teniendo rincones hermosos, hermosamente conservados y un conjunto agradable para el visitante



Conocí el Centro de Estudios Borjanos, que dirige con acierto y contra viento y marea (haciendo honor a su condición de médico de la Armada), Manuel García Rivas, mi cicerone. Anfitrión minucioso me introdujo en los recovecos del trabajo que se desarrolla en el Centro y me dio a conocer los espacios, entre los que me interesó la hermosa sala de exposiciones robada a las ruinas en la parte inferior del edificio. Hasta nos dio tiempo de descubrir un dibujo original de Julio Gavín, medio perdido pese a estar a la vista de todos.
No acabaron ahí las sorpresas. Un agradable paseo por entre viejas calles y edificios de los que algunos resultan singulares, acabó en el espacio que aparece en la última foto de esta entrada. Una iglesia transformada en Museo promocionado por el Centro de Estudios Borjanos y, al parecer, no demasiado bien visto por algunas de las fuerzas vivas.


Hay quien se queja de la proliferación de pequeños museos a lo largo y ancho de nuestro territorio, promovidos en ocasiones desde asociaciones que no cuentan con demasiadas bendiciones oficiales (No es el caso, por descontado, del Centro de Estudios Borjanos, filial de la zagozana Institución Fernando el Católico). Son mirados, en ocasiones, por algunos especialistas con bastante desprecio. Ellos lo habrían hecho de otra forma, sin duda, así como más científica... A mí me parece que habría que estar más preocupado por otras proliferaciones. Un museo más puede hacer lo que sea, pero ningún mal a nadie. Si reúne las condiciones del que pude ver en Borja, no dudo de que lo único que puede provocar es algún beneficio cultural para los borjanos y sus visitantes. Solo la celosía descubierta en la restauración del edifcio se merecía un Museo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches, me llamo Alena.Collar. Le escribo aquí porque no veo email donde escribirle.
Me gustaría que participara del sexto número de mi Revista digital Alenarte. Si me escribe ya se lo cuento un poco mejor.
Perdone la intromisión.
El link
http://alenar.wordpress.com/
Mi email:
alena.collar@gmail.com