Las piezas grandes

He vuelto a colocar en los caballetes la pieza que comenzó siendo conocida como el pimiento (ten amigas para según que cosas). No acababa de hacerme el peso, y después de dos sesiones más, parece que la cosa está tomando algo más de aire. Levantar tanto la línea del horizonte me ha creado algunos problemas añadidos al formato considerable de la pieza. Pero pintar sobre pintado tiene la ventaja de que los colores nuevos se matizan con los que se han colocado en primer lugar. Es como si las manchas nuevas respiraran.
El estudio me gusta más cuando las telas que pinto enmascaran los cinco metros de estanterías del fondo.





También he seguido trabajando en la tercera pieza de cuatro por uno. La mancha inicial, contraviniendo las normas, como me advirtió Cristóbal cuando se enteró de que había manchado la tela con casi un kilo de óleo rojo, tiene mucha fuerza o al menos me lo parece.  
Me gustaría conservarla lo más posible. De hecho creo que sigue protagonizando la tela, por más matices que añada.


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